Trampas de la formación para el trabajo
Adultos profesionales y jóvenes estudiantes no aprenden de la misma forma Nuestra época es de cambio vertiginoso, lo que hace inevitable la educación durante toda la vida, sobre todo para el trabajo. Sin embargo, es común el error de capacitar a adultos y adultas de la misma forma en que son tratados niñas, niños y jóvenes en escuelas y universidades. No es lo mismo educar estudiantes en un salón con pupitres que adultos en su lugar de labor. Las diferencias son tan grandes que bien vale la pena entender lo que pasa. En institutos y universidades ocurre algo asombroso: como el profesorado requiere de formación permanente, al mismo tiempo que se encarga de impartir educación para los jóvenes, parece normal querer aplicar las mismas estrategias en ambos casos. Es extraño: los expertos en educar escolares, quienes no lo son, intentan formarse como si lo fueran. Según Malcolm Knowles, creador de la andragogía, o educación de los adultos, la necesidad de saber difiere radicalmente